?Podemos ser faros de esperanza para nuestros alumnos y apoyarles en su intento de dar lo mejor de sí mismos?. Con esta frase el autor del libro resume bien no sólo el mensaje que nos quiere transmitir, sino también la forma en que él mismo entiende la educación: cada alumno es único para el educador auténticamente apasionado por su profesión.
Los docentes que viven con ese convencimiento esperan mucho de sus estudiantes y les apoyan en su camino al éxito, estableciendo ricos vínculos emocionales con ellos. Trabajando individualmente con cada alumno, hacen que éste se sienta importante y que pueda llegar a d ...